Sensibilización: el níquel es el metal sensibilizador más común. Alrededor del 20% de las personas son alérgicas a los iones de níquel. El número de pacientes femeninos es mayor que el de los pacientes masculinos.
El níquel es insoluble en agua y forma una película de óxido densa en la superficie en aire húmedo a temperatura ambiente, lo que puede evitar la oxidación continua del metal a granel.